Ahora que ya nos vamos conociendo hay muchas cosas de mi que ya sabes. Me he equivocado miles de veces y no me cuesta reconocerlo, creo que forma parte de lo que soy y del momento y el lugar en el que me encuentro.
Pero echando la vista atrás hay algo que sí que cambiaría. 2016 ha sido un año impresionante para mi en el aspecto laboral. He crecido mucho y he conseguido muchos de los objetivos. Pero ya llevo desde el 2009 en todo esto…
¿Qué pasaba antes?
Pues sinceramente creo que era una mezcla de falta de ambición y, sobre todo, de planificación. Me imaginaba con un gran imperio y soñaba con ello pero en el fondo no era una prioridad para mi. Tenía otro trabajo y me estaba conformando con lo que llegaba, al fin y al cabo era un extra por hacer lo que me gustaba ¿no? Si, pero cuando empiezas a dedicarle muchas horas que quitas de otras cosas también importantes te das cuentas de que en el fondo, aunque te pese, estás perdiendo por el camino.
El momento en el que pensé «se acabó, hasta aquí he llegado» fue determinante en el cambio de rumbo. Mis horas de trabajo empezaron a ser importantes y empecé a creerme en serio que podía llegar más alto.
Aún así algo más dentro de la ecuación estaba fallando porque el resultado no era el esperado.
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La clave: planificar
Hubo un momento en el que ya tenía en mi cabeza todas las piezas del puzzle, sólo necesitaba que encajaran y estaba empeñada en hacerlo a la carrera. A veces había suerte y obtenía resultados pero necesitaba alejarme un poco para poder tener una visión global. Y eso fue lo que hice (y lo que sigo haciendo…)
Ese instante en que miras con calma, separas las piezas por montones y ves que están todas y que debes empezar tranquilamente por el principio, te da una sensación de poder indescriptible.
Descubre las dos diferencias:
- Tienes un curso buenísimo, con un gran contenido que te ha llevado tiempo hacer y lo vas a poner a la venta. Un día antes descubres que no has mandado ningún correo avisando de que los vas a lanzar y te pones a ello. En 10 minutos lo tienes y lo envías. Además pruebas si funciona la pasarela de pago y dedicas una hora más a redactar el contenido de los mails de bienvenida para los que se apunten. Al día siguiente publicas en tu blog un artículo en el que hablas sobre el tema para que a tus lectores les pique el gusanillo y quieran saber más de esa manera consigues que se interesen y, con suerte, te compren.
- Tienes ese mismo curso y piensas que es buena idea sacarlo a la venta justo en marzo. Teniendo en mente la fecha de lanzamiento miras el tiempo que te queda y decides que seis semanas antes vas a empezar a ir publicando contenido relacionado con el tema del curso; no solamente eso vas a crear un pequeño libro práctico que piensas regalar y publicitar de manera que llegue más gente a tu lista de correo. Además empiezas a redactar tu página de ventas, los emails para todos los que se suscriban de nuevas y también los que enviarás a tus clientes actuales. Cuando llega el momento del lanzamiento estás preparado.
Conclusión
¿Ves a dónde quiero llegar? Necesitas tener la sartén por el mango, que seas tú el que decidas sobre los tiempos y para ello es IMPRESCINDIBLE planificar con tiempo.
Yo empiezo siempre con una plantilla muy, muy simple con los próximos 12 meses a la vista. Si te apetece puedes descargártela desde aquí y comenzar ya mismo a trabajar.
¿Dejas todo para el último momento? ¿Planificas con antelación? ¿Eres más de papel y lápiz o de las nuevas tecnologías?
Justo estos días esta pensando en que iba siendo hora de empezar a organizar el año, así que tu post me ha venido al pelo.
Normalmente imprimo un calendario con un folio por cada mes y voy organizando las cosas. Pero, aunque no llegue a desglosar del todo las tareas me resulta difícil de manejar todo el año. Al final voy como loca, agobiada porque no llego a nada.
Así que me ha gustado mucho la idea de usar tu plantilla para la planificación inicial y dejar el calendario mensual para las fechas concretas.
Gracias 🙂
Gracias Jessica! A mi también me costaba mucho la parte de planificación pero una vez que te pones es casi adictivo 😉