En estos días en que estamos metidos de lleno en la Navidad y todo lo que conlleva, creo que es bueno pararse por unos minutos y plantearse metas y objetivos de cara al nuevo año que comienza.
En mi caso me gusta hacerlo tanto a nivel profesional como personal porque, como seguramente te pasara a ti también si estás emprendiendo o pensando en comenzar un nuevo negocio, ambas facetas están unidas y son inseparables.
Presta atención a las señales que te envía tu cuerpo
Desde que paso tantas horas sentada me he dado cuenta de que estoy perdiendo energía y mi cuerpo se resiente. Como mal y a deshoras y el ejercicio lo dejo para los huecos que me quedan libres, lo que en la práctica se reduce a nada. No dejes que te pase. Yo ya estoy poniendo remedio, intentando comer sano y reservando tiempo en la agenda para el deporte como si fueran reuniones inamovibles. Tampoco te creas que me he vuelto una fanática, simplemente quiero cuidarme. Ese es mi objetivo personal y ya te iré contando si lo cumplo o no 😉
Antes de seguir te recuerdo que si prefieres escucharme puedes hacerlo desde el reproductor que está justo debajo o suscribiéndote de forma gratuita a «Cómo comenzar a vender online» desde iTunes para no perderte ni un solo episodio.
Profesionalmente, vuelta a los básicos
Siempre lo digo y no me cansaré de repetirlo, muchas veces buscamos la causa de que el negocio no esté funcionando en cuestiones complicadas y son los básicos los que al final aportan la solidez que necesitas.
El primero de ellos, y el que más se ve, es tu web. Y no hablo de diseños caros ni de grandes inversiones. Basta con verla con otros ojos.
¿Conoces el refrán «En casa de herrero cuchillo de palo»? Yo me acuerdo de él cada día y este año va a haber cambios. Nueva imagen de marca, nuevas fotografías y un diseño y estructura que se adapte más a lo que soy y quiero transmitir ahora.
Si te preguntas en qué te deberías fijar para saber si tu web necesita «retoques» te doy algunos consejos:
- En cuanto a la parte técnica, ¿estás contento con el «sistema» que usas? Me da igual que sea WordPress, Blogger, SquareSpace,… ¿Dónde está alojada tu web?¿Carga rápido? Todo esto que obviamos en muchas ocasiones es importantísimo porque definirá en buena medida la experiencia (buena o mala) de tu potencial cliente.
- En la parte de diseño deberías fijarte en tu branding, en la imagen que proyecta tu marca, en ser coherente y consistente. Mira bien los colores, las fotografías que usas, en el tipo de letra,… Todo forma parte de ti. Haz que hable a tu favor. Puedes leer más sobre branding desde aquí y tener en cuenta estos 11 consejos.
- Y ahora llega la parte más olvidada pero fundamental, la parte de estructura y estrategia. Fíjate:
- Que el mensaje que quieres transmitir resulte claro desde el primer momento. Un ejercicio fantástico es pedirle por favor a un amigo (que desconozca exactamente lo que haces) que navegue un ratito por tu web. En el primer minuto debería poder decirte qué vendes u ofreces y en qué consiste el negocio. Si no puede hacerlo algo está fallando. Y ya te digo que este test lo fallan un porcentaje altísimo de webs.
- Que la estructura sea lógica. Marca un camino para que tu cliente pueda seguirlo. No dejes que se pierda. No divagues. Lo bueno si breve dos veces bueno.
- Navegación simple. No atiborres el menú de elementos y subelementos. Lo indispensable. A tu amigo pídele de nuevo que intente comprar, o ponerse en contacto contigo, o encontrar información de un producto o servicio. ¿Puede hacerlo? ¿Ha dado más de dos clicks para conseguirlo? ¿Si? A repasar el proceso, algo falla.
- No hace falta dar de golpe toda la información de la que dispongas. No agobies. Hay que dejar respirar al cliente. Recuerda, sólo una llamada a la acción clara por página. No le pidas que compre, se ponga en contacto contigo y que participe en un sorteo a la vez. Porque entonces no hará ninguna de las tres cosas.
Todos estos son consejos básicos que olvidamos en demasiadas ocasiones.