Creo que es algo que a ninguno nos gusta, creer que estás haciendo lo correcto y que las cosas no funcionen.
Tienes buenas ideas, has recreado en tu mente una y mil veces tu negocio ideal y estás seguro de que puede funcionar. Lo ves claro, clarísimo. Pero te pones a ello y, lo que en un principio iba a ser coser y cantar, se convierte en una verdadera pesadilla.
¿Cómo puede ser que «fulanito» tenga miles de seguidores en instagram y yo no llegue ni a los doscientos publicando cada día? ¿Por qué nadie parece querer comprar mi curso si me he pasado días preparándolo hasta el último detalle? ¿Es normal que organice una sesión presencial y no consiga llenar ni una sola plaza?
Ay si to te contara… El primer error garrafal que cometemos es minusvalorar la dificultad de crear un negocio, de emprender. Hay que trabajar muchísimo, a veces sin horarios y sin ver resultados. Hay que tener fe ciega en lo que haces y hay que estar apasionado con la idea.
Y ya me imagino que ahora mismo estás pensando que esa historia ya te la sabes pero resulta que siempre creemos que nosotros somos diferentes y que nunca nos va a pasar eso. Que un golpe de suerte traerá todo aquello que deseamos y que, por arte de magia, nos haremos millonarios de la noche al día (prométeme que nunca se te pasó por la cabeza ;))
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¿Cuáles son las razones?
La primera razón real por la que las cosas pueden no estar marchando eres tú. Examínate objetivamente, ¿crees en ti mismo?,¿estás preparado para la incertidumbre inicial?, ¿te levantarás cada día amando lo que haces aunque no te genere beneficios tan rápido como esperas?
Esto es lo mismo que el amor, quieres a alguien por todo lo que es incluyendo sus partes malas porque todos las tenemos. Intentar obviar este hecho siempre lleva al fracaso.
En segundo lugar está la parte técnica que nos trae por el camino de la amargura. Hay que tomárselo con calma y no intentar saber de todo. Céntrate en lo que de verdad sabes hacer y deja le resto a los profesionales.
Lo que me lleva a la tercera razón, que no es otra que el pensar que montar un negocio online no requiere ninguna inversión. Si no estás dispuesto a apostar por ti mismo, ¿crees que los demás sí lo harán? No hablo de tirar el dinero pero hablo de pensar a lo grande.
Y por supuesto, falta mi preferida: la falta de un plan claro y definido de acción. De un mapa que te permita saber qué pasos dar para llegar hasta donde quieres. Porque, tienes una meta clara ¿verdad?
Vamos a proponernos empezar a poner solución a todo aquello que no está funcionando. ¿Empezamos?