Ya te lo había avisado, se veía venir y ahora llegan los lloros y los lamentos.
Es sabiduría popular, nunca se pueden tener todos los huevos en la misma cesta y lo mejor es confiar en nosotros mismos para empezar. En los últimos años las redes sociales han ido ganando protagonismo y nos hemos volcado con ellas. Hemos aprovechado la inmediatez y la posibilidad de interacción con nuestros potenciales clientes y hemos creído que con eso era suficiente.
Cada vez más personas han dejado de lado su propia web o sus propios contenidos para centrarse única y exclusivamente en Facebook, Twitter, Instagram,… Y como complemento importante no están mal pero NO son tuyas. Tú no decides qué se ve y cuándo. Y si ellos cambian las reglas a ti no te queda otra que adaptarte a la nueva situación. Puedes patalear y protestar pero me temo que de poco va a servir.
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Facebook anunciaba hace unos días que va a primar los posts e historias de familiares y amigos sobre los de empresas, organizaciones o medios de comunicación. Y eso no es malo. Déjame contarte por qué.
Los cambios no son tan malos. Hay que saber adaptarse
Primero: como usuario es agradable. Reconócelo. Tienes un negocio online y, por lógica, quieres llegar a mucha gente pero cuando tienes un rato libre y entras a ver «tus noticias» cierras la publicidad y te apetece ver la última foto de tu hermana, los logros de tu mejor amigo o el nueva novio de tu compañera de trabajo. Somos seres sociales y para eso se crearon este tipo de redes. No para consumir contenidos en primera instancia sino para acercarnos a aquellos que tenemos más lejos.
Segundo: como negocio es una nueva oportunidad de reinventarte. Es selección natural. Adaptarse o morir. Crea tu propio contenido, tu podcast, tus vídeos, tus artículos,… y comparte de mil maneras. Yo, desde hace ya tiempo, cada vez que emito un directo en Facebook lo subo a continuación a YouTube.
Tercero: tu web vuelve a ocupar un sitio primordial que, pienso, nunca debió de perder. Esfuérzate porque sea una tarjeta de visita digna, un escaparate que muestre quién eres y lo que haces de la forma más atractiva posible.
Cuarto: diviértete con las redes sociales. Estoy 100% convencida que a partir de ahora veremos mil formas diferentes de atraer a la gente. Sé creativo. ¿Qué tienes que perder?
Creo que todos tenemos que aprender la lección aunque, como suele pasar, no hay nada nuevo en una historia que se repite por enésima vez. Facebook tiene muy claro su negocio y, obviamente, pone sus reglas. Y aquí la única pregunta que hay que hacerse es, ¿tienes tú claro el tuyo?
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Gracias por tus mensajes y este ultimo esta perfecto.somos Unitas e irrepetibles y asi son nuestros negocios.
Un abrazo